Historia para niños grandes por teléfonoYo era todavía un niño pequeño. Entre las muchas cosas que me intrigaban estaba el viejo teléfono, que en esa época era un armatoste de color negro. Lo que más me intrigaba era que en su interior vivía un pequeño genio, muy inteligente y amable que sabía todas las cosas:

-la hora que era, el tiempo que haría al día siguiente, el horario de los trenes, los teléfonos de los amigos de mis padres, y su amabilidad para decir todo lo que mis padres deseaban comunicarles.

Deseaba mucho conocer el nombre de este mago chiquito así que me puse a escuchar todo lo que mi madre le decía, hasta que descubrí que ella lo llamaba:
«Informeporfavor».

Las cosas mágicas siempre tienen nombres largos, como «abracadabra».

Mi primer contacto con «Informeporfavor» se produjo un día que nunca olvidaré, cuando mi madre visitaba a una vecina y me dejó solo por unos minutos.

Ese día lo aproveché para bajar al sótano, donde mi padre tenía su tallercito casero.

Me puse a golpear con el martillo hasta que me di tal martillazo en un dedo que éste se hinchó hasta parecerse a una morcilla. Seguir leyendo