Cuentos, cuentacuentos, historias, leyendas para pequeños y adultos

Categoría: Reyes y Reinas

El mejor guerrero del mundo

El mejor guerreroCaucasum era un joven valiente, experto espadachín, que soñaba con convertirse en el mejor guerrero del mundo. En todo el ejército no había quien le venciera en combate, y soñaba con convertirse en el gran general, sucediendo al anciano cobardón que ocupaba el puesto. El rey le apreciaba mucho, pero el día que le contó su sueño de llegar a ser general, le miró con cierto asombro y le dijo:

– Tu deseo es sincero, pero no podrá ser. Aún tienes mucho que aprender.

Aquello fue lo peor que le podía pasar a Caucasum, que se enfureció tanto que abandonó el palacio, decidido a aprender todas las técnicas de lucha existentes. Pasó por todo tipo de gimnasios y escuelas, mejorando su técnica y su fuerza, pero sin aprender nuevos secretos, hasta que un día fue a parar a una escuela muy especial, una gris fortaleza en lo alto una gran montaña. Según le habían contado, era la mejor escuela de guerreros del mundo, y sólo admitían unos pocos alumnos. Por el camino se enteró de que el viejo general había estudiado allí y marchó decidido a ser aceptado y aprender los grandes secretos de la guerra. Seguir leyendo

La camisa del hombre feliz

La camisa del hombre felizEn cierto país… ¡muy lejos, muy lejos, muy lejos!, que de lejos que era no me acuerdo ni dónde era… Esto me lo contaba a mí, mi padre – que era muy viejo. Bueno, mi padre casi toda la vida se la ha pasado en el siglo pasado -, que había un rey que era muy, muy enfermizo. Y estaba cansado de ver médicos, todos los médicos de todos los países pasaban por su castillo a ver si podían curar al rey.

Total, llegó un médico, no sé de dónde, y le dijo:

-Este hombre lo que necesita es ponerse la camisa del hombre feliz, un hombre que sea feliz.

Y entonces fueron, ¡claro!. Naturalmente que fueron a buscar a la gente de dinero, los ricos: los condes, los duques, marqueses y esa gente que tuvieran, los fueran más felices, porque estaban más bien de dinero. Pues nada, no encontraban a ninguno feliz. En esa clase de, de la alta burguesía no encontraba ninguno feliz. Seguir leyendo